Yo quiero encontrarte,
hermano, en un eterno amanecer.
Y juntos despertar al mundo
con una canción de amor y fe.
Hoy quiero caminar contigo,
hermano. Quiero que vayamos
con una canción a flor de labios.
Quiero que seamos como un desagravio
a tanto amor herido.
Y en esta hora, en que hay tanta gente
sumida en el dolor y el desaliento,
debemos caminar en dirección de Dios,
para que Él con su bondad y su
sabiduría nos conduzca hacia un camino mejor.
Yo quiero encontrarte hermano
en un eterno amanecer,
y juntos despertar al mundo
con una canción de amor y fe.
Sé que vendrán muchos con nosotros.
Seremos miles, yendo por las calles
derramando la alegría de nuestro canto.
Y con tu visión y la mía
encenderemos una visión milagrosa
de un anhelo de paz.
Iremos con nuestros sueños
en el alma y la fe puesta en el destino
porque iremos todos por el mismo camino,
y con un solo fin: encontrar a Dios.
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